Cómo identificar si tenemos diástasis abdominal y cómo prevenirla

Actualizado: 22 de abril de 2025
Más allá de un problema estético, que se manifiesta con un vientre flácido y aumentado en tamaño, la diástasis abdominal –relativamente habitual en el posparto– es un problema de tipo fisiológico, ya que puede provocar disfunciones de nuestro suelo pélvico. Unas disfunciones que van desde la incontinencia urinaria o el dolor pélvico a una deficiente estabilidad, dolores de espalda o problemas de tipo digestivo. Para muchas personas, practicar deporte, un simple estornudo o un esfuerzo extra se convierten en un imposible cuando la diástasis de rectos llega a sus vidas.
PUBLICIDAD
¿Cómo se diagnostica la diástasis abdominal?
Habitualmente, es el fisioterapeuta el profesional adecuado para confirmar la existencia o no de esta disfunción, y, por supuesto, quien va a pautar el tratamiento individualizado más adecuado. Si sospechamos padecer diástasis de rectos, Violeta González, fisioterapeuta experta en suelo pélvico, nos explica que podemos realizar un sencillo test previo en casa: “Tumbándonos boca arriba sobre una superficie que no sea demasiado blanda, con las rodillas en flexión y las plantas de los pies apoyadas cerca de los glúteos, ponemos las yemas de los dedos en el abdomen junto encima del ombligo. A continuación hacemos un abdominal tradicional y con las yemas de los dedos palpamos los rectos abdominales. Si entre estos dos músculos existe una separación de más de dos dedos es probable que exista una diástasis abdominal”.
PUBLICIDAD
Desde hace poco más de una década, algunos fisioterapeutas utilizan la ecografía funcional para analizar en profundidad el estado de la musculatura del suelo pélvico. Se trata de una técnica no invasiva y sin efectos secundarios, que les permite obtener un diagnóstico más exacto pero también poder valorar la eficacia de los ejercicios o técnicas que han realizado en el paciente.

Cómo podemos prevenir la diástasis abdominal
Para no llegar hasta aquí, la diástasis de rectos puede evitarse si cuidamos y activamos de manera adecuada el abdomen. Según Violenta González, al contrario de lo que solemos pensar, hacer abdominales clásicos no va a ayudarnos a mejorar ni a evitar una diástasis de rectos.
Explica la experta a Webconsultas que para cuidar y fortalecer correctamente nuestro abdomen debemos hacerlo trabajando nuestro músculo transverso abdominal, otro de los músculos de la pared abdominal y cuyas fibras musculares siguen la misma dirección que un cinturón. “Activando el transverso, reducimos el perímetro de nuestro abdomen y estrechamos la cintura, lo que nos ayuda a gestionar mejor las cargas y a proteger nuestra espalda y nuestro abdomen. Además, el transverso abdominal actúa de forma sinérgica con nuestro suelo pélvico y utilizarlo de la forma adecuada nos ayuda a prevenir problemas como la incontinencia o los prolapsos”.
PUBLICIDAD
La experta insiste en que si no sabemos activar correctamente nuestra musculatura abdominal, lo ideal es consultar a un fisioterapeuta para que nos enseñe a hacerlo.

Consejos para recuperar el abdomen afectado por diástasis de rectos
Pese a que si padecemos diástasis abdominal va a ser difícil volver a la situación inicial a sufrirla (como en el caso de haber pasado un embarazo), más aún si estamos ante una diástasis de rectos importante, sí es posible mejorar mucho tanto a nivel físico como funcional. Lo más recomendable es ponerse en manos de expertos en suelo pélvico y ser muy constantes en el tratamiento. No hay fórmulas mágicas, pero sí hay técnicas y ejercicios que nos va a hacer más amable el camino hacia la recuperación.
PUBLICIDAD
A continuación, resumimos algunas recomendaciones de la fisioterapeuta Violeta González para restaurar nuestra faja abdominal tras una diástasis de rectos:
- Previamente se debe evaluar y diseñar un plan de tratamiento adaptado a cada persona que puede incluir ejercicios de activación del transverso, gimnasia abdominal hipopresiva, electrodos, radiofrecuencia, uso de fajas específicas y una alimentación adecuada.
- Si importante es tratar, también lo es no aumentar la separación de los rectos abdominales. Para ello es fundamental no realizar abdominales tradicionales y evitar toda clase de esfuerzos que presionen el abdomen. El estreñimiento, las malas posturas o no respetar un tiempo entre embarazos también afectan a la faja abdominal.
- Cuando el espacio entre los músculos supera los cuatro o cinco centímetros es muy difícil conseguir la unión de las fibras sólo con la práctica de ejercicios o tratamiento de fisioterapia, por lo que la cirugía se muestra como una de las soluciones más recomendadas para casos graves de diástasis de rectos.
- En diástasis abdominales menores, si el tratamiento se realiza a diario con constancia y de forma correcta, en alrededor de tres meses es posible observar la disminución de la separación y una mejora funcional.
PUBLICIDAD
Por último, señala González que, pese a todo lo anterior, el tratamiento de una diástasis abdominal depende mucho de cada persona, de su implicación en el tratamiento y de la gravedad de la lesión.
Creado: 21 de septiembre de 2018